Despedida
DESPEDIDA
Hemos pasado treinta y tantos años aprendiendo este oficio de enseñante, creciendo cada día en el aula y en nuestra vida.
Lo hemos hecho por lugares distintos hasta encontrarnos aquí, en nuestro colegio Víctor Mendoza. Nos hemos adaptado a nuevas leyes educativas, a horarios, a formas y agrupaciones diferentes, a proyectos, a experiencias.
Seguro que nos hemos equivocado muchas veces, que hemos sido inoportunas otras tantas, que nos hemos dejado llevar por ímpetus desacertados en alguna ocasión.
Pero sí podemos decir que hemos vivido este trabajo de una manera vocacional y que hemos dado lo mejor de nosotras mismas.
Queremos dar las gracias, y lo hacemos sinceramente, a quienes nos han acompañado en este camino: a los compañeros (los que ahora están y continuarán con nuevas expectativas, y los que se fueron y permanecen en nuestro recuerdo); a las familias, que han sido apoyo para sus hijos, especialmente durante este último trimestre; al personal no docente, que ha aguantado nuestras rarezas; a Sergio, que ha estado ahí siempre que lo hemos requerido; a la AMYPA, por su colaboración; al personal del ayuntamiento, por su labor; a todos aquellos que han venido al centro para enriquecer conocimientos; en suma, a quienes han contribuido, de una forma u otra, a mejorar el día a día escolar.
A los alumnos, que son protagonistas de una sociedad en continua evolución.
A ellos, especialmente a ellos, nuestro reconocimiento. Porque son el futuro y el presente.
Ha sido un fin de curso extraño. Es verdad: no ha habido abrazos de despedida, ni fiesta, ni canciones. Tampoco, esas sonrisas con deseos de que todo vaya bien o de que ha sido un placer compartir tantos momentos con vosotros.
Por eso, porque hoy no tenemos otra manera, lo hacemos desde aquí, a través de estas palabras que pretenden únicamente transmitir la emoción:
Gracias por haber formado parte de nuestras vidas.
Un abrazo,
Montse Solans, Mª Jesús Lamora y Cari Pedrós